Por Daniel Jimenez / South Kern Sol
Este pasado miércoles 14 de agosto tuve la oportunidad de asistir a un gran evento pro-inmigrante donde activistas y organizadores por los derechos de los inmigrantes se convocaron en la ciudad de Bakersfield para exigirle al congresista republicano Kevin McCarthy, el tercer líder más poderoso de los congresistas republicanos, y al resto de la cámara de representantes, su apoyo para una reforma justa y con camino a la ciudadanía para más de 11 millones de indocumentados en este país.
La caravana concluyó en el parque Yokuts de Bakersfield para darle así paso a una congregación que tuvo música y oradores que motivaron con su entusiasmo y hablaron de la importancia de seguir luchando por una reforma migratoria. Yo fui uno de los oradores que se encontraban allí presentes. Tengo tiempo de estar involucrado en temas de justicia social especialmente lo referente a los inmigrantes indocumentados.
Cuando me propusieron días antes si quería dar mi discurso, acepté la propuesta ya que siempre me han gustado los retos.
Mi discurso fue uno de los primeros. Me sentía nervioso, pero no eran nervios de angustia. Ya había hablado en público anteriormente pero nunca enfrenté de tanta gente, así que los nervios que sentía eran de emoción y entusiasmo de estar allí presente. Además mi madre me acompañó, lo cual hacia todo aún más especial.
Por fin el tiempo de subir al templete llegó. “Estamos luchando con amor, por la justicia y la libertad de nuestros pueblos. Estamos luchando por la democracia. Estamos en esta lucha con un propósito digno y certero”. Fueron algunas de las palabras que dije.
Le pregunté a Eriberto Fernández, coordinador de la unión de campesinos (UFW), cuál era su motivación para asistir a este evento. Fernández, quien venía desde Stockton, Calif., dijo que su mayor motivación fue representar a los campesinos con los que trabaja y a su propia familia, quienes sufren por ser indocumentados. “Tengo familiares que viven día a día con temor de salir a la calle, o incluso a ir a la misa. Ellos viven con temor, viven con esa esclavitud”, afirmó Fernández.
Después de la congregación, y sin importar las altas temperaturas, los participantes marcharon a la oficina del congresista McCarthy donde fueron recibidos por protestantes anti-inmigrantes en contra de la reforma migratoria. Afortunadamente no hubo altercado alguno, y los activistas pro inmigrantes pudieron llegar a la oficina de McCarthy para hacerle llegar varios mensajes simbólicos con el propósito de que el congresista hiciera conciencia, y se diera cuenta de todo lo que los inmigrantes aportan a los Estados Unidos.
Al finalizar este evento, los allí presentes aunque cansados, nos mostramos optimistas y con mucha fe en la reforma migratoria.
Se espera que estos activistas y la comunidad inmigrante tenga respuestas concretas y una solución a sus demandas en los próximos meses. Por el momento, ellos seguirán poniendo presión a sus líderes políticos para que actúen a su favor lo más pronto posible, y así conseguir la tan anhelada reforma migratoria con el camino a la ciudadanía. “Todas las organizaciones y los sindicatos están evaluando las tácticas para seguir avanzando como movimiento. Tenemos que seguir escalando y poniendo presión”, finalizó Fernández.
